Sheryll Reyes: “aprendí a pensar por mi misma”
Ser comunicadora no estaba entre sus metas, pero
su responsabilidad social la empujó a servir.
Hija de un ingeniero y una arquitecta, de quienes aprendió no a construir una casa mas sí un hogar lleno de amor y respeto mutuo. Siendo la más pequeña y la única hija de cuatro hermanos, Sheryll Natacha Reyes Cordero también descubrió a muy corta edad el poder de negociar y a no regirse por la fuerza física. Se considera una soñadora, que ríe y llora con la misma intensidad, con los pies bien puestos en la tierra.
De niña su madurez prematura dejó a muchos boquiabiertos cuando al hacerle gracia un vecino, lo ignoró y siguió su camino; más tarde dijo a doña Jeannette, como llaman a su madre, “Ves, yo no le hago caso”. Así fue creciendo, y de una niña independiente que jugaba a la “yeina” con su padre y cruzaba donde la vecina a doblar servilletas, pasó a ser la adolescente creativa, pero sin embargo acomplejada. “Escribir fue mi única salida”, dice con dejo de nostalgia.
Sheryll escribió su primer poema a los 11 años. Para los catorce recopiló cien bajo el título “Cien y Mil Noches”. Sin embargo, mientras su amor por la escritura crecía, su timidez también y admite haberse convertido por unos años en “otra más del montón”. Pero ese no era su destino.
A los 16, la pregunta del tío Osvaldo le removió el suelo: “¿Por qué no estudias periodismo?”. Eso bastó para aflorar de nuevo sus más fervientes deseos de escribir. Desde entonces se ha interesado por la cultura, el arte y las letras, además de temas políticos y sociales. Aprendió a pensar fuera de la burbuja en la que, por sobreprotección de sus padres, vivió toda su vida. Pero, sobre todo, dice: “Aprendí a pensar por mi misma”.
La “chiquilonga”, como aún la llama don Vladimir, su padre, conoció el amor a temprana edad, mas no es hasta los 17 cuando verdaderamente se enamora de aquel que estuvo en sus narices desde los 12, su mejor amigo y confidente: Iván Francisco. Con él aprendió desde conocer a los hombres hasta manejar. Aunque recientemente se separaron admite que “es y será el hombre de su vida”.
En el amor y en la amistad reconoce que ha sido afortunada. Pero más que todo, reconoce que tiene tanto que dar como persona, que siente una responsabilidad social inmensa. Es cuando reafirma su verdadera convicción y vocación de comunicadora social. A la mitad de su faena universitaria, Sheryll está convencida de que no será fácil y que su profesión implicará sacrificios, pero afirma que su pasión y su entrega serán el alimento de su alma, no el reconocimiento ni la fama.
Embarcándose en un viaje incierto y sin puerto seguro, toma su valentía de equipaje. Comenzó a expandir su abanico de posibilidades interesándose por la fotografía. Así como la publicación de sus ideas en un blog para el desahogo de su alma y poner en acción su talento. Tal vez llegue a ser una gran periodista, la mejor, o quizás no la conozcan ni en su casa; pero de lo que si pueden estar seguros es que tendremos Sheryll Reyes para rato.
Ser comunicadora no estaba entre sus metas, pero
su responsabilidad social la empujó a servir.
Hija de un ingeniero y una arquitecta, de quienes aprendió no a construir una casa mas sí un hogar lleno de amor y respeto mutuo. Siendo la más pequeña y la única hija de cuatro hermanos, Sheryll Natacha Reyes Cordero también descubrió a muy corta edad el poder de negociar y a no regirse por la fuerza física. Se considera una soñadora, que ríe y llora con la misma intensidad, con los pies bien puestos en la tierra.
De niña su madurez prematura dejó a muchos boquiabiertos cuando al hacerle gracia un vecino, lo ignoró y siguió su camino; más tarde dijo a doña Jeannette, como llaman a su madre, “Ves, yo no le hago caso”. Así fue creciendo, y de una niña independiente que jugaba a la “yeina” con su padre y cruzaba donde la vecina a doblar servilletas, pasó a ser la adolescente creativa, pero sin embargo acomplejada. “Escribir fue mi única salida”, dice con dejo de nostalgia.
Sheryll escribió su primer poema a los 11 años. Para los catorce recopiló cien bajo el título “Cien y Mil Noches”. Sin embargo, mientras su amor por la escritura crecía, su timidez también y admite haberse convertido por unos años en “otra más del montón”. Pero ese no era su destino.
A los 16, la pregunta del tío Osvaldo le removió el suelo: “¿Por qué no estudias periodismo?”. Eso bastó para aflorar de nuevo sus más fervientes deseos de escribir. Desde entonces se ha interesado por la cultura, el arte y las letras, además de temas políticos y sociales. Aprendió a pensar fuera de la burbuja en la que, por sobreprotección de sus padres, vivió toda su vida. Pero, sobre todo, dice: “Aprendí a pensar por mi misma”.
La “chiquilonga”, como aún la llama don Vladimir, su padre, conoció el amor a temprana edad, mas no es hasta los 17 cuando verdaderamente se enamora de aquel que estuvo en sus narices desde los 12, su mejor amigo y confidente: Iván Francisco. Con él aprendió desde conocer a los hombres hasta manejar. Aunque recientemente se separaron admite que “es y será el hombre de su vida”.
En el amor y en la amistad reconoce que ha sido afortunada. Pero más que todo, reconoce que tiene tanto que dar como persona, que siente una responsabilidad social inmensa. Es cuando reafirma su verdadera convicción y vocación de comunicadora social. A la mitad de su faena universitaria, Sheryll está convencida de que no será fácil y que su profesión implicará sacrificios, pero afirma que su pasión y su entrega serán el alimento de su alma, no el reconocimiento ni la fama.
Embarcándose en un viaje incierto y sin puerto seguro, toma su valentía de equipaje. Comenzó a expandir su abanico de posibilidades interesándose por la fotografía. Así como la publicación de sus ideas en un blog para el desahogo de su alma y poner en acción su talento. Tal vez llegue a ser una gran periodista, la mejor, o quizás no la conozcan ni en su casa; pero de lo que si pueden estar seguros es que tendremos Sheryll Reyes para rato.
Ficha Técnica:
Nombre: Sheryll Natacha Reyes Cordero
Fecha de Nacimiento: 23 de enero del 1987
Ocupación: Estudiante y fotoperiodista
Idiomas: Inglés y un poco de francés
Hobbies: La fotografía, escribir y el cine
Libro favorito: The key to Midnight
Película favorita: Trouble (francesa)
Fecha de Nacimiento: 23 de enero del 1987
Ocupación: Estudiante y fotoperiodista
Idiomas: Inglés y un poco de francés
Hobbies: La fotografía, escribir y el cine
Libro favorito: The key to Midnight
Película favorita: Trouble (francesa)
2 comentarios:
Definitivamente, Sheryll es una de las personas más inteligentes y preparadas que conozco. Es asombroso ver y comprobar las tantas cualidades positivas que esta chiquilla posee... desde ser una gran amiga, siempre alegre y con las pilas puestas todo el tiempo, hasta ser una estudiante excelente, dedicada, organizada y siempre dispuesta a dar lo mejor de sí.
Sheryll es, en realidad, una de esas especies en extinción. Periodista, fotógrafa, escritora, poeta, ensayista, locutora, animadora, maestra de ceremonias, presentadora, pintora, dibujante... (todo esto en tres idiomas). Esta niña vale oro.
De verdad que me siento orgulloso de poder contar con una amiga como Sheryll. Y no simplemente por sus cualidades intelectuales, pues lo que realmente hace grande a esta chiquilla es su gran calidad humana.
Sheryll, te quiero mucho. Un muac bien grandote para ti... Y ya sabes, keep it up! que este mundo necesita más personas como tú.
DP
Gracias Donovan... personas como tú hacen de este viaje una pasarela. Soy lo que soy, definitivamente por rodearme de amig@s como tú. Espero que me sigas leyendo y me sigas apoyando... También se te quiere!!!
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