Cuando la vida Comienza
La vida se me ha puesto de repente en una tremenda encrucijada, de esas que la gente repite sin saber la gravedad, “de vida o muerte” y creo que hasta ahora no le había dado un significado tan tenebroso pero exacto a esas palabras.
Cuando uno es joven comete locuras, los mayores dicen nunca haber cometido algún error pero la verdad es que uno de los sinónimos de la juventud es caer, por consiguiente el de la madurez es saber levantarse.
Yo no soy especial, soy otra adolescente que se pierde en el mar de las locuras, que respira sin prisa el aire puro de las nuevas libertades y que espera impaciente poder darle un significado, digno de su persona, a palabras aprendidas pero nunca experimentadas como amar, vivir...
De repente veo como mis instintos se apoderan de mi y no puedo controlar los impulsos de este cuerpo, del que ya no me siento dueña. Sin mas que argumentar a mi favor, porque entendí que no hay argumento que valga como excusa barata y menos como justificación, he de decir que en mi llevo la consecuencia de aquel encuentro con el que decía amarme.
Esta dentro de mi y lo siento así, ahora solo me pregunto de que me vale tener esta juventud si estoy a punto de perderla. Ahora se trata de elegir; su vida o la mía. No hay una respuesta incorrecta, esto no es un examen, esta es la vida, mi vida.
Tengo que preguntarme asuntos que otras muchachas de mi edad ni lo pensarían, ¿Que pasara con mi futuro? ¿y la escuela? ¿y mis amigos? Todo eso quedara en segundo plano si decido quedarme con esta criatura que aunque inoportuna tengo que admitir que ya es parte de mi. Y entonces sin previo aviso viene a mi mente una idea macabra pero con fundamento.
¿Y si me deshago de esta criatura antes de que sea demasiado tarde? Muchas lo han hecho y han continuado con sus vidas, eso ya es hasta normal en un mundo como el que estamos. Luego, para poner mas argumentos a favor me pregunte si en realidad quería traer este niño a “este” mundo, un mundo que esta acercándose a su brusca autodestrucción.
Y aunque quise, no pude detener el siguiente pensamiento a tiempo: y si algún día quiero tener hijos y no puedo a causa de tal mutilación; pero peor aun, si los tengo ¿qué pensaran ellos? Porque aunque no tengan bases para discernir, la conciencia de un niño puede ser mas aguda que la de cualquier adulto ya que no esta manchada de impurezas con los vicios mundanos de un mundo que se cae a pedazos.
Me dije a mi misma, sin animo de bajar la guardia, que ese ser aunque sin mi moriría era ya una persona y que tiene derecho a la vida por el simple hecho de serlo. Luego me percate de que ya la estaba queriendo y no pensaba en ella como un vil objeto como en ocasiones anteriores. Y como por arte de magia me encontré pensando en cuestiones triviales, en mi desesperación busque libros y estudie, es lo único que se todavía hacer. Encontré algo tan interesante que aun estoy impresionada: a partir de las dos semana de gestación ya se puede identificar perfectamente un embrión pero no se sabe si es antes o después, en la formación de órganos, que este embrión adquiere vida.
Mi conclusión ha sido sentenciada y es definitiva. Yo no se cuando la vida comienza, pero no quiero ser yo quien la termine.
Cuando uno es joven comete locuras, los mayores dicen nunca haber cometido algún error pero la verdad es que uno de los sinónimos de la juventud es caer, por consiguiente el de la madurez es saber levantarse.
Yo no soy especial, soy otra adolescente que se pierde en el mar de las locuras, que respira sin prisa el aire puro de las nuevas libertades y que espera impaciente poder darle un significado, digno de su persona, a palabras aprendidas pero nunca experimentadas como amar, vivir...
De repente veo como mis instintos se apoderan de mi y no puedo controlar los impulsos de este cuerpo, del que ya no me siento dueña. Sin mas que argumentar a mi favor, porque entendí que no hay argumento que valga como excusa barata y menos como justificación, he de decir que en mi llevo la consecuencia de aquel encuentro con el que decía amarme.
Esta dentro de mi y lo siento así, ahora solo me pregunto de que me vale tener esta juventud si estoy a punto de perderla. Ahora se trata de elegir; su vida o la mía. No hay una respuesta incorrecta, esto no es un examen, esta es la vida, mi vida.
Tengo que preguntarme asuntos que otras muchachas de mi edad ni lo pensarían, ¿Que pasara con mi futuro? ¿y la escuela? ¿y mis amigos? Todo eso quedara en segundo plano si decido quedarme con esta criatura que aunque inoportuna tengo que admitir que ya es parte de mi. Y entonces sin previo aviso viene a mi mente una idea macabra pero con fundamento.
¿Y si me deshago de esta criatura antes de que sea demasiado tarde? Muchas lo han hecho y han continuado con sus vidas, eso ya es hasta normal en un mundo como el que estamos. Luego, para poner mas argumentos a favor me pregunte si en realidad quería traer este niño a “este” mundo, un mundo que esta acercándose a su brusca autodestrucción.
Y aunque quise, no pude detener el siguiente pensamiento a tiempo: y si algún día quiero tener hijos y no puedo a causa de tal mutilación; pero peor aun, si los tengo ¿qué pensaran ellos? Porque aunque no tengan bases para discernir, la conciencia de un niño puede ser mas aguda que la de cualquier adulto ya que no esta manchada de impurezas con los vicios mundanos de un mundo que se cae a pedazos.
Me dije a mi misma, sin animo de bajar la guardia, que ese ser aunque sin mi moriría era ya una persona y que tiene derecho a la vida por el simple hecho de serlo. Luego me percate de que ya la estaba queriendo y no pensaba en ella como un vil objeto como en ocasiones anteriores. Y como por arte de magia me encontré pensando en cuestiones triviales, en mi desesperación busque libros y estudie, es lo único que se todavía hacer. Encontré algo tan interesante que aun estoy impresionada: a partir de las dos semana de gestación ya se puede identificar perfectamente un embrión pero no se sabe si es antes o después, en la formación de órganos, que este embrión adquiere vida.
Mi conclusión ha sido sentenciada y es definitiva. Yo no se cuando la vida comienza, pero no quiero ser yo quien la termine.
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